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INSURRECCION FRANCESA DE 1848-1851. ¿COYUNTURA ANTI-SISTEMICA O DERROTA DEL PROLETARIADO?

27.07.2009 16:51

 

Burgueses fanáticos del orden son tiroteados en sus balcones por la soldadesca embriagada, la santidad del hogar es profanada y sus casas son bombardeadas como pasatiempo, y en nombre de la propiedad, de la familia, de la religión y del orden. (Karl Marx)

 

La burguesía sucesora habíase refugiado en la Asamblea Nacional Constituyente con todas las fuerzas de centro y derecha, con la guardia y las fuerzas militares así como también se unieron los representantes de la nostalgia dinástica que trataban de usufructuar los resultados de la aceleración en tiempos de revolución como es el caso del capital financiero que había sido decapitado con la dinastía y ahora surgía como el ave fénix impulsada por la moderación burguesa.    
La confrontación que estremeció a Francia y a toda Europa tubo su clímax con la insurrección del proletariado que en Junio de 1949 se abalanzó a las calles para librar una batalla final en la que serian derrotados. Este fue “…
el acontecimiento más gigantesco en la historia de las guerras civiles europeas. Venció la república burguesa. A su lado estaban la aristocracia financiera, la burguesía industrial, la clase media, los pequeños burgueses, el ejército, el lumpemproletariado organizado como Guardia Móvil, los intelectuales, los curas y la población del campo. Al lado del proletariado de París no estaba más que él solo. Más de 3.000 insurrectos fueron pasados a cuchillo después de la victoria y 15.000 deportados sin juicio.” (Karl Marx) esta coyuntura-continua Marx “…Había revelado que aquí república burguesa equivalía a despotismo ilimitada de una clase sobre otra. Había demostrado que en países de vieja civilización, con una formación de clases desarrollada, con condiciones modernas y de producción y con una conciencia intelectual en la que todas las ideas tradicionales se hallan disueltas por un trabajo secular, la república no significa en general más que la forma política de la subversión de la sociedad burguesa y no su forma conservadora de vida.” Karl

El último periodo de este tríptico coyuntural transcurre del 28 de Mayo de 1849 hasta el 2 de Diciembre de 1851es el momento en que el partido del orden domina la Asamblea Nacional Legislativa e instaura la república constitucional sustentada en una amplia coalición burguesa contra los derrotados dirigentes del Proletariado.

Los burgueses de la república Francesa emprendieron una campaña de dominación que se prolongó desde el 24 de Junio hasta el 10 de diciembre de 1848. En este trayecto de represión de la insurrección burguesa se decreta el estado de sitio en toda la Francia de mediados del Siglo XIX y se redacta la constitución republicana por el Partido del orden. La declaración de esta constitución burguesa no fue en sí más que la proclamación de la carta magna de 1830 con la única diferencia que el sufragio se consideraba como universal y no como dominio exclusivo de la monarquía.          
El 10 de diciembre de 1848 aconteció un suceso que resolvería el teatro del conflicto con las terceras fuerzas que detentaban el poder Francés, me refiero a la elección de L.N. Bonaparte que finiquitó además la dictadura de la constituyente. La disolución de la constituyente se ejecuta en mayo de 1849 momento en que la burguesía republicana es despojada por la masa de la Burguesía Realista.  
        
A partir de entonces desde el 24 de mayo de 1849 hasta el 2 de Diciembre de 1851 fue el periodo de la República constitucional o parlamentaria, momento en que fue disuelta por la fuerza la Asamblea Nacional legislativa tras la posesión de Luis Napoleón III como emperador de Francia. A partir de entonces Francia terminaría esta era revolucionaria para embarcarse en una guerra de ocupación y de anexión de las colonias de toda Europa. “…
Sin embargo, el intervalo no ha pasado en vano. Durante los años de 1848 a 1851, la sociedad francesa asimiló, y lo hizo mediante un método abreviado, por ser revolucionario, las enseñanzas y las experiencias que en un desarrollo normal, lección tras lección, por decirlo así, habrían debido preceder a la revolución de febrero, para que ésta hubiese sido algo más que un estremecimiento en la superficie…-continua Marx-… la sociedad parece haber retrocedido más allá de su punto de partida; en realidad, lo que ocurre es que tiene que empezar por crearse el punto de partida revolucionario, la situación, las relaciones, las condiciones, sin las cuales no adquiere un carácter serio la revolución moderna. ” (Karl Marx)    

  
La era de Napoleón III fue una época de absolutismo expansionista que opaco la acción revolucionaria del proletariado Francés, sin embargo las enseñanzas de la insurrección de 1848 fue para el proletariado mundial una oportunidad para comprender que la transformación del sistema capitalista era posible realizarse mediante la acción revolucionaria en momentos estratégicos de la historia. Las coyunturas se revelaron como el teatro propicio para la agitación y los golpes de estados y las correlaciones que se puedan gestar en este espacio-tiempo transicional son las decisorias para la consecución de los objetivos que conjugan las expectativas comunes de revolución y cambio.    
  
La Coyuntura de la insurrección de parís que transcurrió de 1848 a 1851, reveló también que las revoluciones sociales de la historia moderna han servido en su desenlace para acelerar las condiciones del sistema capitalista que propicie la reorganización sistémica que se amoldase a las nuevas condiciones históricas ó para la desintegración de un sistema mundo en decadencia.   
La derrota del proletariado francés fue un triunfo histórico para las luchas antisitemicas de la historia moderna, demostró que el poder detentado y las condiciones revolucionarias pueden resolverse a favor de las expectativas proletarias y desembocar en la transgresión del sistema mundo capital. La Europa de los siglos posteriores así lo evidenciaría al desatar un devenir inagotable de insurrecciones mundiales que perduran hasta nuestros días.
 

Francia ha sido propulsor de las aceleraciones del moderno estado del sistema mundo. Las transformaciones, producto de las actividades sísmicas que convulsionaron la historia Francesa, han repercutido por el mundo como una ola contagiosa de sublevaciones y reivindicaciones, cual explosión concatenada de las esperanzas populares y las expectativas de transformación de los estados humanos y las relaciones que allí subyacen.  
En la década de los 60´s Francia contrajo al mundo al experimentar un acontecimiento que repercutiría en las expectativas reivindicativas de todo el globo: La coyuntura del Mayo Francés. Este acontecimiento transgredió las consignas laborales y de propiedad, las contradicciones enajenantes y fetichizantes para ubicarse en los terrenos de la ciudadanía, la contracultura, el contrapoder. Mayo de 1968 fue el escenario que aglutino las terceras fuerzas en un momento decisivo para el reacomodamiento o el resquebrajamiento del estado capitalista moderno; también fue el teatro donde se condensaron lustros de sublevaciones antisistemicas que se resistieron a ser incorporadas a los lineamientos del mundo capital, empero fueron subcionadas sus aceleraciones por un estado que legitimaba el orden en los cambios propiciados por las rebeliones acaecidas en todo el sistema general.         

En el Mayo Revolucionario de la Francia de 1968 maduró la nodalidad de proclamas enarboladas desde la Revolución de 1779, aquí se condensaron las contradicciones estructurales y las respuestas de los pueblos a las exigencias transicionales del mundo. En estos doscientos años de capitalismo Francia y en general el mundo entero ha transitado en un devenir de sublevaciones como un motor de la historia que coyunturalmente impulsa las reformas de la humanidad.    

        

LOS ACONTECIMIENTOS            
           
En más de doscientos años del largo letargo del capitalismo, Francia han contagiado al mundo de coyunturas trascendentales para el devenir del poder global. Pero estas coyunturas, debemos denominarlas revoluciones al estado moderno ó impulsos del sistema capital? Esto se define dependiendo lo que consideremos por una Revolución. Si una revolución la entendemos como el teatro donde se genera un cambio que transgrede las estructuras social subterránea y que provoca la transformación en el funcionamiento y modo de operar del estado donde se origino tal transición, si entendemos desde esta óptica las Revoluciones al sistema mundo, nos veríamos en la tarea de afirmar que el modo de producción capitalista no ha presenciado revoluciones, sino, más bien impulsos en las trayectorias de conformación sistémica como modo global de producción y de relacionamiento humano: reafirmante u oponente.  
  
Los acontecimiento vivenciados en la Francia de 1779, en parís de 1848 y en el mayo rojo de 1968 fueron impulsos de revoluciones que acaecieron en tiempo-espacios de contracción, transicionales donde las capas sociales enajenadas del poder orientan sus acciones hacia las oportunidades de transformaciones donde los escenarios concretos pueden definir un acontecimiento o coyuntura como momento revolucionario (que trascienda las fronteras de un estado de cosas hacia otros órdenes o desordenes) o como un impulso del sistema que con el tiempo termina legitimándose e integrándose al modelo de dominación. No quiero decir con esto que las experiencias humanas de choque antisistemico sean simples sublevaciones de expontaneidad o de oportunismo; ni tampoco afirmar que ha sido la historia del sistema mundo un devenir de enfrentamientos consecuentes para la transformación estructural de la vida humana. Los que sí pretendo afirmar es que los acontecimientos que se registran en los procesos de coyunturas son las opciones históricas de traspasar las fronteras de los estados sistémicos mediante revoluciones o son los impulsos que cultivan el tiempo-espacio transicional y reacomoda el sistema y sus detractores en un nuevo teatro de confrontación y cambio donde se reforman estrategias, rumbos y formas de acción de quienes detentan el poder y quienes le defienden.   
   
La Revolución burguesa acontecida en 1779 propició un cambio en el rumbo de las sociedades, sus modos de producción y sus formas productivas, protagonizó, además, un suceso en la historia del poder global que sería el legado para la confrontaciones antisistemica de allí en adelante: es el hecho de que la revolución atribuida a la burguesía naciente fue en realidad ejecutada por una tercera fuerza que detentaba las riendas del poder global: el proletariado y las capas desposeídas, que hasta entonces, habían actuado fragmentada y espontáneamente sin trascendencia y sometidos a una ágil manipulación del poder tradicional o de quien le sucediera. En la revolución de francesa también se cultivaron las demandas que mas tarde se trasegarían en parís y se transgredieran en el mayo del 68.   

La coyuntura antisistemica que propiciaron los rebeldes franceses después de la restauración de 1815-1830, debe ser considerada como una valiosa opción histórica de transformación del sistema mundo, posibilidad que se obstruyó por las magnitudes concretas en que se desenvolvió el conflicto en parís y las ciudades que se sumaron a la revuelta.  
Paris de 1848 atravesó un periodo tríptico de coyuntura revolucionaria donde los actores locales y globales movilizaron sus fuerzas acorde a las oportunidades políticas que se presentaron en esta coyuntura que se prolongó hasta 1851.         

LA CAIDA DE LA DINASTIA O LA SUCESION DE LA REPUBLICA BURGUESA

Este primer momento de la historia de la insurrección de 1848 comienza con la caída de la dinastía de Luis Felipe que se condensa el 24 de febrero de 1848, en este momento las estructuras del poder francés fueron disipadas por la acción multipartidista, por la crisis económica y la hambruna de los pobladores, pero el suceso que dio la estocada final a la dinastía francesa fue la convocatoria a una reforma electoral que abriría el terreno a la detención del poder de otras fuerzas no necesariamente revolucionarias. Este suceso desencadenó en la consigna de las elecciones Nacionales y la correlación de amplios sectores que se vincularon en un interés común: el derrumbe de la dinastía, para después hacerse añicos en la búsqueda de sus propósitos de clase. La burguesía republicana que amenazó la dinastía durante el periodo de la restauración, ahora se correlacionaba con la oposición dinástica y la pequeña burguesía democrática republicana; el proletariado y sus partidos revolucionarios encontraron en los socialistas y socialdemócratas aliado eventuales para definir este periodo en vano para los despojados de la historia.    

El 4 de mayo de 1848 se abriría un segundo periodo en el transcurso de la insurrección de Paris: en este momento las coaliciones habían prosperado hasta las elecciones Nacionales que les permitió la instauración de un gobierno provisional que se caería por su peso de clase. Mayo del 48 a mayo 28 del 49 fue el periodo conocido como la constitución de la república burguesa o de la asamblea nacional constituyente que enarbolaría las banderas del nuevo poder capital: la burguesía posdinastica. Este fue en realidad el carácter de la transformación del sistema mundo que tuvo origen en Paris, el capitalismo asistió a una estrategia de regeneración que oxigeno los lazos del dominio político y comercial, claro está que los únicos poseedores de este nuevo aire fueron los herederos de la ilustración: la burguesía, fueron los sucesores de Luis Felipe y María Antonieta los únicos capas de desacelerar la opulencia bajo un manto del cambio progresivo que aclamaban las ilusiones de los desposeídos de parís y de todo el sistema global.             

La burguesía se había tomado la asamblea nacional constituyente y permeado todas las fasiones de la intención transicional que se pudiera regular sin trascender los elementos estructurales de la vida social y política. A partir de entonces el teatro de la disputa interactorial tendría otra connotación en sus correlaciones: de un frente y en las barricadas el proletariado en insurrección se extendió de parís en febrero a Florencia en febrero y marzo, luego a Turín, Milán, Roma, Venecia, Modena, también repercutió en Frankfort, Berlín, Viena y Budapest y Múnich, Zagreb y Vilagos se unirían en Abril. En tres mese de 1848 las insurrecciones parisenses estremecieron la Europa occidental hasta causar estrago en el mundo entero.